Matthew Perry tenía suficiente ketamina en su organismo como para haber quedado incapacitado o inconsciente, lo que provocó que se ahogara, según los resultados de la autopsia.
Según el forense del condado de Los Ángeles, los niveles de ketamina de Perry eran de 3.540 ng/ml. Cuando los pacientes de cirugía se les da anestesia, los niveles de ketamina están en el rango de 1.000 – 6.000, por lo que Perry estaba en el rango más alto.
En otras palabras, la cantidad de ketamina en su sistema era equivalente a la anestesia que algunos pacientes reciben antes de la cirugía. Perry podría haberse desorientado lo suficiente como para ahogarse.
TMZ lo dijo primero, Perry fue encontrado muerto en su bañera de hidromasaje en octubre.
Según el forense, a Perry le habían recetado ketamina para la depresión y la ansiedad, aunque también se utiliza como droga recreativa. La tomaba cada dos días, pero hace 6 meses un nuevo médico intentó deshabituarle de ese régimen porque había mostrado signos de mejoría.
La última dosis prescrita fue una semana y media antes de su muerte, y los efectos generalmente solo duran unas 6 horas. Así que parece que el actor de 54 años pudo haber tomado la ketamina poco antes de meterse en el jacuzzi.
Si no hubiera estado en el jacuzzi, probablemente hoy estaría vivo.